La declaración de un segundo testigo refuerza los indicios contra los cuatro futbolistas de la cantera del Real Madrid imputados por su presunta participación en la grabación y difusión sin consentimiento de un video sexual con dos chicas, una de ellas de 16 años. Según un auto del titular del Juzgado de Instrucción 3 de San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria), Julio Wood Rodríguez, al que ha tenido acceso EL PAÍS, este testigo ha asegurado que en julio, casi un mes después de que fueran grabadas el 15 de junio, las imágenes seguían circulando, ya que uno de los futbolistas investigados se las mostró en su teléfono móvil tras haberlas recibido de otro de los presuntos implicados.
Según fuentes cercanas a la investigación, este testigo avisó entonces a la menor de que existía el vídeo sexual y de que estaba circulando en chats. Fue la madre de esta víctima la que, el 6 de septiembre, presentó la denuncia ante la Guardia Civil que desembocó ocho días después en la detención, en la Ciudad Deportiva del Real Madrid, de tres de los imputados. En la misma resolución judicial, fechada el martes, el magistrado destaca la existencia de un indicio que da plena verosimilitud al relato de este testigo. Se trata de un archivo de audio que el jugador que le había mostrado el vídeo envió a una joven. En dicho documento sonoro, el imputado admitía haber recibido el vídeo en su terminal y habérselo mostrado a otra persona.
El juez, que ha citado a los cuatro futbolistas (R. A., del Real Madrid Castilla y F. R., J. R. y A. G., del Real Madrid C, todos de entre 20 y 21 años) a declarar como imputados el 8 de noviembre, ha autorizado a la Guardia Civil a realizar el próximo lunes el volcado de los teléfonos móviles que se les intervinieron. La diligencia se realizará en la sede principal del instituto armado en Madrid por especialistas en ciberdelincuencia. El magistrado destaca que, con dicha diligencia, quiere localizar el archivo del vídeo sexual después de que los jugadores aseguraran en sus declaraciones ante los agentes que lo habían borrado de sus terminales.
El magistrado también ordena que el rastreo de los móviles debe intentar recabar indicios del supuesto envío de las imágenes a terceras personas, así como acceder a las conversaciones que pudieran haber mantenido los cuatro implicados sobre la grabación entre el día que se hizo esta y el momento en el que la Guardia Civil les intervino los terminales, el pasado 14 de septiembre. La medida ha sido recurrida por el abogado Juan Gonzalo Ospina, que defiende a uno de los acusados, al considerarla “una injerencia en el derecho a la intimidad” de su cliente.
En el auto en el que autoriza esta diligencia, el juez señala que, hasta el momento, los principales “indicios de criminalidad” contra los futbolistas son las declaraciones de las dos víctimas, de 16 y 18 años. Ambas aseguraron que fueron grabadas “sin su consentimiento” cuando mantenían relaciones sexuales con tres de los investigados, F. R., J. R. y A. G., en una cabaña privada del Beach Club de Amadores, en el municipio grancanario de Mogán. Según ambas denunciantes, ellas vieron como al menos los dos primeros “se pasaban el móvil para grabar” el encuentro íntimo que mantenían los cinco. Las víctimas están citadas a declarar en el juzgado el 27 de octubre.
La primera testigo, una joven que acompañaba a las víctimas aquel día en el local de ocio, ha asegurado que vio a las denunciantes quedarse a solas con los tres investigados en uno de los reservados y cerrar las cortinas del mismo. Esta joven ha detallado que se fue a la zona de la piscina del club con el cuarto imputado, R. A., aunque ha añadido que pudo oír “desde fuera” como las denunciantes y tres de los imputados mantenían relaciones sexuales. Y ha añadido que, cuando más tarde se encontró con las víctimas, estas le dijeron que “creían que las habían grabado”. “Aunque las denunciantes declaran que exigieron a los investigados que borraran los vídeos y estos, aparentemente, lo hicieron delante de ellas, existen indicios de que los conservaron y los han difundido a terceras personas”, continúa el juez en su resolución judicial.
Sobre el cuarto investigado, R. A., el auto del magistrado detalla que un mes después de la grabación, en una fecha no determinada de julio, mostró en un teléfono móvil a un amigo suyo, también futbolista, aunque de un equipo local de Gran Canaria, el vídeo sexual con la menor y la otra joven. Es el testimonio de este amigo, que se ha convertido en testigo, el que apunta a que las imágenes circularon durante semanas. En su declaración ante la Guardia Civil, este testigo ha asegurado que el canterano del Real Madrid le aseguró que se lo mostraba “tras recibirlo de algún otro de los investigados a través de [la red social] Instagram o [la aplicación de mensajería instantánea] WhatsApp”, según detalla el auto. Este testimonio ha sido corroborado por el audio que el propio R. A. remitió a la primera testigo en el que reconocía “haber recibido el vídeo en su móvil y habérselo exhibido” a su amigo “tal y como este declaró”, recalca el juez.
El magistrado incoó el pasado lunes diligencias por estos hechos por dos delitos contra la intimidad, uno por cada víctima, recogidos en el artículo 197 del Código Penal. No obstante, la Fiscalía añade en un reciente escrito la presunta comisión por parte de los imputados de un segundo delito, en este caso de elaboración y difusión de pornografía infantil, al ser una de las víctimas menor de edad. El artículo 189.1 del Código Penal contempla para esta segunda infracción penas de entre uno y cinco años de cárcel.
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